miércoles, 9 de septiembre de 2009

Poemas de María Eloy García y Andrés Gonzalez

BALA

(no, no es igual, deja de insistir)
has pasado
la noche en blanco,
deslizando el dedo en mi orificio,
buscándole perímetro al sonido.

No es la nota que cruje en Nuvole nere
ni el piano sacado del estanque,

ulular
-hay palabras que uno quisiera habitar por los balcones-
esto es todo lo que queda dentro,

suena al gramófono de tu abuelo
y a la boca cadáver de Édith Piaf.

Circuleas con esmero mi orificio,
pero no insistas.

He visto de perfil la asimetría.
El muerto se muere siempre.

BRÚJULA

Desciendo por el sendero de la noche
hasta el último colchón.
La sábana está alta y estrellada.

Desinfecto de vida el cuarto,
enjugo la articulación del sueño,
la puerta se está cerrando
y en el último empuje de nieve
entra la figura.

Entonces la figura en mi sueño
es mi sueño:

cubierta por una túnica brillante
como el baño de vapor
de los ojos de Chihiro,
su rostro oculto por otra máscara
parecida a la mía.

Me arranco un diente y lo agito
buscando fluorescencia,
pero cómo saber si estoy iluminando dentro.

Los ojos de la figura miran el oeste

-mi brújula imantada por el pánico-

Andrés González Andino

LA CAJERA MURIEL

Estoy pensando en la cajera sedente
ella es lo verdadero de la sincronía del mundo
con su rayo láser ávido de códigos
me murmura complacida las ofertas
y cómo suma los dígitos arrastrando
entre lo dócil y el hastío
el tesoro precioso de mi dulce integral
a través de la máquina que le computa
el precio exacto de toda mi tarde
dice tres
y nunca nunca fue este número más mágico
la cajera extraordinaria teclea el sumatorio
de la monotonía y dice tres
y mira entonces justo antes de que se produzca
el cotidiano milagro de que mi dulce integral
sea mío para siempre
de repente ella mira otra tarde
sale de lo mío a lo del otro
le susurra las mismas ofertas
le marca el tetrabrik con el ojo de su láser
abriendo en fin el cajón místico del hiper
con un movimiento suyo de mercado
los billetes ordenados repiten la cara de ella sin gestos
y me voy por esas puertas
que se abren sólo con el aura
dejándola mientras su láser que suena
va marcando otra tarde.

POR POCO JAICUS

cuando te vea dirás que estoy ausente
y lo estaré, pero entiende que no puedo pasar
del milímetro de las cosas al kilómetro de ti
un órgano muscular en la cavidad de la boca
por la que te gusto y te degluto y articulo
tu nombre ésta es mi lengua
el éxodo de los pájaros
puso entre comillas
a una ciudad entera

María Eloy-García

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