Ariadna (1898), de John William Waterhouse
El hilo de Ariadna
Cansado de recorrer el camino
de mi vida, repasando momentos
sutiles, imperecederos y tan míos,
tras seguir el curso del vano existir
de los recuerdos, para adentrarme
en los entresijos de las sensaciones,
desemboco en la placidez del encuentro
y de las despedidas. Porque, tras la pausa,
después de reponer ánimos y fuerzas,
nos espera el oscuro final de lo desconocido,
de lo que nos resta por vivir y morir.
Y hacia allí, hacia lo retador y sugerente,
hacia la salida, me dirijo.
Pronto espero encontrarte
en cualquier encrucijada,
perdido en cualquier camino,
a la sombra de un aljibe.
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